Así lo reveló la autopsia realizada en la jornada de ayer, según informó el fiscal Gustavo Valero que continua con la investigación del caso.
El fiscal de Investigaciones N°4 de Sáenz Peña, Gustavo Valero, dio detalles de la investigación que se inició tras la desaparición del joven Saulo Aníbal Eguiazabal el 22 de julio en la localidad de La Tigra y que fue hallado sin vida cuatro días después en un campo, cerca del casco urbano.
La investigación se inició con una denuncia por desaparición de persona en la comisaría de La Tigra, e inmediatamente se implementó el protocolo de desaparición de persona y se informó a todas las dependencias de policiales y, posteriormente, a la Fiscalía que se abocó de lleno a la investigación.
En primer lugar, se solicitó un informe a la compañía de telefonía Claro sobre las llamadas de entrada y salida del celular del joven y sobre el lugar donde se encontraba el teléfono. Se realizó la intervención y se informó que el teléfono se hallaba apagado.
El domingo, con la gente de la Dirección de Zona Interior de Villa Ángela e Investigaciones, entre otras comisarías, se intensificó la búsqueda y el lunes, pasadas las 15.30, fue encontrado el cuerpo sin vida del joven en un escampado en la localidad de La Tigra.
Para el hallazgo, intervino personal policial de La Tigra, la División Investigaciones de Villa Angela y la Policía Federal.
El fiscal Valero explicó que “con cada dato recabado se determinaba si era verdad o no, hasta que el domingo nos encontramos con un solo dato que era veraz, el de una persona que transitó la Ruta 95 desde la zona de La Negrita, venía para La Tigra, allí una mujer manifestó haber visto a un joven en la zona donde hay una planta de algarrobo y cuando vuelve a su domicilio ya no se encontraba más”.
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