El 3 veces gobernador Jorge Capitanich, primer candidato a diputado provincial por el frente Chaco Merece Más, insiste en presentarse como blanco de una catarata de críticas infundadas con el solo objetivo desprestigiarlo en la recta final hacia las elecciones del próximo domingo.
Cada vez que agarra el micrófono denuncia que el Gobierno financia una campaña mediática artera, plagada de mentiras, en las que se lo presenta como el villano de la película cuando en realidad él es el mocito bueno.
“Todo el día me pegan”, se queja, y pide a los “inútiles, incompetentes, ladrones, delincuentes que gobiernan y están destruyendo al pueblo del Chaco”, una campaña sin agravios.
En el último debate, durante un segundo y pico, se mostró muy compungido por la situación. Y al salir, solicitó a la Justicia que censure las críticas hacia él, sobre todo las referidas a hechos de corrupción en su gobierno y el entongue con los piqueteros presos por enriquecimiento ilícito y lavado. Pero le respondieron que en democracia rige la libertad de expresión. Era obvio, porque como él dice, “el Gobierno no sólo compró periodistas, sino también jueces y fiscales”.
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