En la jornada de hoy, la propietaria de la empresa de camiones que esta atravesando este conflicto con integrantes del Sindicato de Camioneros que se encuentran manifestandose desde hace mas o menos 25 días emitió una "Carta Abierta" para dar a conocer su postura ante esta situación.
CARTA ABIERTA:
Lamento la situación que esta atravesando mi familia. Me entristece ver que lo que construimos con mi esposo con tanto esfuerzo que es nuestra empresa familiar se vea envuelta entre tanta malicia.
Nunca imaginé vivir al final de mi carrera las faltas de respeto y las mentiras que ciertos dirigentes sindicales dicen. En lo personal he pasado por momentos desgarradores, y gracias a Dios me he levantado y he seguido luchando por mis hijos. Mi familia sabe quien soy y lo que juntos hemos superado. Pero hoy siento la responsabilidad de salir a contar la verdad, no para limpiar mi imagen ya que mi camino recorrido hasta acá y el tiempo se encargarán de hablar por mi.
Lo hago para que no se siga generando mas odio, mas bronca y mas confusión.
Sin ánimos de aportar datos que exceden y serán de determinación judicial expreso que NO he despedido ningún trabajador con tutela sindical, que jamás he obstaculizado la actividad gremial del sindicato. El día 3 de octubre, procedí a despedir al trabajador que el sindicato dice defender, el día 7 de octubre tuvimos una jornada de "convivencia" que solemos realizar en nuestra empresa con todo el personal, sin inconveniente alguno. Sin embargo el día lunes 10 de octubre sin previo diálogo ni aviso me vi sorprendida porque ciertos trabajadores abandonaron los camiones y los servicios programados a esto hay que sumarle que amaneció el Sindicato de Camioneros ocupando el acceso ala empresa en un clima hostil y de amenazas, aprietes mintiendo con la complicidad maliciosa de un medio de prensa de nuestra localidad para distorsionar los hechos y confundir a la sociedad.
Siempre he priorizado la fuente de trabajo y el derecho de los trabajadores, pero ahora no estoy dispuesta a pagar con la integridad física y emocional de mi familia, por eso señores jefes del Sindicato como ustedes mismo lo han dicho que la única lucha que se pierde es la que se abandona, elijo luchas por mi familia y la tranquilidad de mi conciencia.
Si destruir una empresa, si destruir nuestro trabajo de tantos años por nop ceder a los atropellos, por no someterme es objeto de su lucha, pues bien ganarán.
Hoy destruyen una empresa local que con trabajo y sacrificio hemos logrado dar trabajo a 18 trabajadores del transporte, que sin lugar en duda tienen los mejores sueldos y las mejores condiciones laborales de Corzuela, cumpliendo al pie de la letra todas las exigencias y los mayores estándares de calidad internacional para la prestación del servicio, cumpliendo siempre en tiempo y forma con el pago de los haberes y respetando los derechos de los trabajadores.
Estoy segura que la desproporcionada reacción del Sindicato por un único despido totalmente legítimo y en el ejercicio de las facultades que como empleador tengo, sin duda responde a intereses distintos que la defensa de los trabajadores, con el tiempo se sabrá cuales son y a quienes responden.
No es necesario que le explique a la sociedad el poder que tiene el Sindicato de Camioneros y la forma en la cual ejercen la intimidación, la injuria, la ofensa, y el apriete que ninguna empresa puede resistir, yo soy la excepción hemos intentado hasta el cansancio acercamientos y soluciones alternativas al conflicto, pero la falta de respeto y la postura extorsiva de quien ahora están de paso por estos días, han provocado tanta violencia contra mi persona y mi familia que lamentablemente señores ustedes, se han llevado puesta a esta empresa.
Hace pocos minutos me he visto consternada por la violencia extrema de estos señores quienes tiraron bombas en el patio de mi casa, que golpearon a un miembro de mi familia e insultaron a mi hija con palabras irreproducibles sin importarles que estuvieran presentes mis nietos. Esta situación es gravisima, y temo por la seguridad de mi familia que hoy no está garantizada. Corzuela tristemente parece ser tierra de nadie.
En este difícil momento agradezco y abrazo a quienes nos están acompañando y espero la acción rápida de la justicia pero mas espero la del tiempo.
MARTHA STRUS DE CARINELLI
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